26 de mayo de 2008

Presente

PRESENTE

Algunos recuerdos no mueren nunca, y a las razones la razón no las entiende. Quien así lo quiera, no mira si ocasionan infinita alegría o insoportable tristeza. Simplemente se hacen piel y hueso, simplemente se hacen propios e íntimos, indescifrables y tan claros al corazón. Junto al recuerdo, las preguntas sin respuesta, las especulaciones acerca de qué hubiera pasado si las cosas hubieran ocurrido diferentes, los lamentos por no ser lo que otro busca. Bien al lado, las ilusiones sin puerto y la esperanza queriendo morir. Al otro costado, los ruegos que piden al cielo que el tiempo repita el encuentro; y detrás, el miedo de vivir el momento sin palabras de tanta sorpresa. Delante de todo, las ganas interminables de tenerte presente, sólo para mirarte, admirarte y terminar el ritual con profundos suspiros. Pese a que tengas felices historias atrás, largos amores, y colección de huellas en tu cuerpo… el recuerdo quedará inmóvil.
Donde sea que estés, con quien sea, aunque sea tarde y quizás inútil, eternamente es tiempo de confesar una y otra vez que sólo tu amor llenaría mis vacíos que aún nadie pudo llenar. Aunque nadie sepa que mi mirada se ilumina y me hago viva cuando en sueños apareces, fugaz y transparente, a mil millas y todavía tan cerca de gran parte de mi ser.
Si el cielo cumple el milagro, ese día estaré firme y con las piernas temblando. Con un caudal de frases para decir que nunca saldrán, por cruzarse con un nudo en la garganta. Con tantas cosas por descubrirte, mientras no pierdo la seguridad de conocerte mejor que nadie. Con tantas ganas de abrazarte como de no acercarme para evitar una nueva lágrima por estar sin ti.
Si el cielo nos cumple el milagro… ese día no habrá léxico que alcance para explicar mi desborde de mezcla de felicidad, incredulidad y empeño por ser al menos muy poco de lo que buscas…


Comentario: Hoy es un día como tantos otros que nos van pasando, o al menos eso es para más de la mitad del mundo. Hoy yo estoy dentro de la mitad menos unos cuantos…
Recordándote como si ayer te hubiera visto por vez última, con tus rasgos intactos en la mente, aún incapaz de decirle adiós a cada palabra dicha. Pero no lo entiendes ni lo harás. Si te has ido sin ningún dolor, no hay nada que me aliente a creer que volverás para llevarte el mío. Anoche planeaba decirte que el amor es como una plantita… que sin regarla, muere. Planeaba escribirte que por eso, el amor que sólo fue mío, no alcanzó para mantenerla en pie. También que la indiferencia, la distancia y el olvido nunca son ayuda para fomentar el rescate. Pero con sinceridad debo decir “El Amor es como un Fósil”… con lluvia, viento, frío, oscuridad, soledad y ningún gesto de cariño... aún así se las arregla para sobrevivir. “Mi Amor por Ti es como un Fósil”. Existirá por millones de años. Los hombres del mañana lo encontrarán y lo atesorarán. Recorrerá los museos del mundo con la etiqueta “El Amor más Antiguo y Vivo del Planeta”. Será la ambición de muchos. Los escritores escribirán nuestra historia que aún ni siquiera has hecho tuya. Los pintores pintarán mis pies siguiendo tus pasos... Los músicos dirán en melodías lo que yo nunca pude decir con palabras. Después la Humanidad me recordará como una mujer que siempre estuvo despierta por temor a que pasaras cerca y perderse el acontecimiento… Y si hoy te hablo en sueños, déjame besarte.
Si hoy algo me lleva a tus pensamientos… déjame decirte que algo también te ha traído a los míos. Como siempre, mientras pensaba en ti primero… entre lágrimas tratando de olvidar ese día en que te convertiste en mi sol… mi centro… mi Universo.
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No eras sueño

NO ERAS SUEÑO



Yo era tu Dios, tu anhelo.
No sabías mi nombre, no sabía quién eras. No sabías por qué me amabas pero preferías hacerlo…
Pensé que eras sueño, que no podías ser, que todo era pura imaginación. Yo no podía verte… Tú caminabas a mi lado indicándome hacia dónde ir.
En otro momento apareciste y sin más pérdida de tiempo confesaste lo que guardabas… y descubrimos la coincidencia. Un beso selló el instante sagrado.
Desperté, había sido un sueño. Pero el tiempo me dijo que no, que no lo eras. Que eras realidad, que estabas esperándome. Te descubrí tangible, concreto, visible, cercano y mortal. Humano, comprensivo, enamorado y lleno de mí. Incrédula, seguí mis andares.
Otra vez la vida nos encontró… y después de eso, sí me convencí, AMOR… tú no eras sueño. Eras de carne, eras hombre muriendo por mí… Bello destino, éste que nos hemos dibujado. Bella realidad hoy nos toca sentir.

Comentario: En el momento de tenerte frente a frente, algo dentro cambió. En cada nueva ocasión, eso extraño se hizo notable y casi imposible de disimular. Tampoco peleaste por no dar señal. Juntos, perdidos, en silencio enamorados, sin creer en lo que iba sucediendo… caminábamos por el mundo intentando evitar miradas. Intentándolo, pero sin lograrlo. Te había imaginado perfecto, previsible, imposible y deseoso de quererme sin que me diera cuenta. Definitivamente algunas cosas salen al revés, y con exactitud mejor.
Aquí me tienes… sólo para ti. Lista para no dormir por cuidar lo que eres. Colmada de luz para iluminar tu oscuridad. Llena de alegría para envolver tus días. Con paz en las manos para que cierres los ojos tranquilo porque nada empañará tus ilusiones. Viviré para ser serena de tus noches, guardiana de tus castillos, reina de tus conquistas, custodio de lo que ames, soldado contra lo que odies. Recorreré los caminos antes que tú para correr a un costado las piedras que pudieran hacerte caer. Entraré a cada lugar antes de que lo hagas para estar segura de que allí nadie puede lastimarte. Dime qué ansías, puedo empezar a construirlo. Dime a qué temes, puedo derrumbarlo. Puedo conseguir lo que busques y destruir lo que te haga llorar. Puedo darte hasta lo que no tengo, llevarte a volar… ser esa mujer que te llene de amor.


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Garabatos

GARABATOS

Los años nunca cuentan. La experiencia y el hambre de descubrir no componen magistral antagonismo. Las ganas de construir un mundo pueden calmar a un hombre derrotado, ya herido por haberse quedado en la mitad del camino. El empeño por vivir un gran amor sirve de alimento para alguien que hoy profesa que lo eterno no existe. Los sueños de niña mujer que dibujan a su lado un príncipe azul, pueden llenar de ánimos a un hombre que ayer creyó haber encontrado su princesa y se equivocó. Las metas todavía inconclusas de una de las partes pueden completar el tiempo de quien ya ha transitado mucho más. El coraje inacabable de una mujer puede dominar el miedo a caer que un hombre siente cuando ya pasó el momento. La ingenuidad puede superar y hacer más bello cada instante de alguien con mucho para contar. Las diferencias pueden esfumarse o fundirse en misma materia. Si los dos son humanos, si los dos en garabatos ensayan un recorrido en común, si ambos tapan los oídos al qué dirán, si atrevidos e inconscientes juntos deciden lanzarse al mar en un barco sin vela… Si de la mano esperan lo que vendrá, si de cara al cielo juran al infinito un amor invencible y sin final. Si son dos, si pueden hacerse felices… los años dejan de contar. Resignados, se van a otro rincón donde no los puedan ver…


Comentario: El amor existe y uno no puede elegir a quién amar. Hay que dejarse llevar… no hay que buscar, la consigna es esperar. Algún día llega, cuando casi ni se recuerda que uno estuvo aguardándolo. No hace falta que uno apenas esté empezando a vivir, puede tocar la puerta mucho más tarde... Tampoco debe ser una persona cercana, ni parecida en cuestión de personalidad, ni tal cual alguna vez la pensamos… Alcanza con que cause revolución y profunda desesperación por tenerla cerca. Esa persona puede venir de otra galaxia, no hablar el propio idioma ni entender los mismos códigos… Puede ser contradictoria, loca, inexplicable, incomprensible o en exceso venida de un cuento… Puede ser cualquier cosa, pero si es capaz de amar, se transforma en todo… Y a partir de ahí, los años se vuelven posibles de olvidar. Como dijo Blaise Pascal “el amor no tiene edad; siempre está naciendo”. Tus años, los míos, a quién lo importa restar mi camino al tuyo, si desde hoy podemos ir par a par… a pesar de los dos.©2008- Todos los derechos reservados

Con solo eso es suficiente


CON SÓLO ESO ES SUFICIENTE

Será cada palabra, cada gesto, cada triunfo o un gran error… pero todas sus perspectivas tienen brillo para admirar. Él aún va por la vida buscando las piedras que lo conduzcan adonde lo soñó. Va por la vida, en mangas cortas y ojotas, imaginando un mundo en paz, dibujando en el aire su mejor inspiración, pisando fuerte cada suelo en el afán de dejar historia a sus espaldas (no necesariamente importante para otras lupas sino en extremo plena de significados). Camina… y sin desearlo despierta devociones. Las despierta y nunca las deja dormir. Las convierte en fundamento, en piedra basal, y enamora… sin habérselo propuesto, ocupa rincones en los otros con auténtico derecho a exclusividad.
Y habla, hace gestos, triunfa y se equivoca… mientras cada cual de sus ángulos se mantienen sin perder lo especial.
Y al unísono, y a pesar del tiempo, en el fondo nada comprendo si se trata de brindar argumentos a esta idea sobre él: “Con sólo eso alcanza… con que respires, con que despiertes, con sólo eso un instante mío se vuelve fácil y maravilloso”.


Comentario: A algunas personas se las quiere sin importar qué sean y aún sin conocerlas hasta la médula. Simplemente porque son queribles, porque causan devoción apasionada y se transforman en motivo… en empujón hacia delante. Por donde se los mire, uno afirma “Qué humano y qué ser tan sobrenatural. Qué increíbles sueños tendrá para no detenerse ni emprender el regreso. Cuánta inspiración. Cuánto amor a lo que ha hecho de su vida. Cuánto empeño en pisar seguro. También, cuántos defectos. Y quizás por eso… cuántas ganas de no perderlo nunca”. A algunas personas se las quiere sin importar qué busquen, hacia dónde vayan, qué piensen o cuál Dios elijan. Porque son simplemente como se las ve, y con ellos hay altas probabilidades de que sólo para nosotros signifiquen tanta cosa. A eso no lo comprendo, tampoco me intereso hacerlo. Prefiero seguirte hasta el centro de la Tierra sin saber por qué me alcanza con un milímetro de ti…
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