PIENSA EN MI
Él está solo. Sin mi amor, por no dejarme volar. Está deseando volver el tiempo atrás, y esta vez no detener mis impulsos. Pero sabe que es tarde, que el lugar que dejó ya no está vacío. Me conoce, e imagina que ahora soy feliz. Y sufre porque mi dolor fue menor, porque por él no fui capaz de cambiar mi realidad. No logró hacerme quedar, y que durmiera cada noche a su lado hasta que ya no haya más lunas, y que vivivera pensando en él. Pero él piensa en mí.
Cada beso bajo estrellas sigue fiel en sus recuerdos. Mil caricias de amor no me sacan de lo que él considera indispensable. Y el brillo en mis ojos aún convive con su nombre, junto a mi cara incrédula al verlo en mayo por primera vez.
Yo sé que sigo enamorándolo, mucho más allá de lo que pueda ser un amor tan juvenil, más profundo que la sola atracción física, hasta llegar a confesarse fanático de lo que ni yo me conozco.
Él piensa en mí. Cada día más que el anterior, va deduciendo mis facetas, y las supone encantadoras, aunque algunas estén tan lejos de eso.
En sus sueños, nunca falto, y él me convence de volver. Pero el despertar le trae la pura verdad. Yo amo, por sobre todas las cosas, caminar en libertad, sin que nadie me intercepte y me pregunte "¿a dónde vas?", ni que luego del regreso no se tarde en interrogar "¿qué has hecho tanto tiempo, lejos mío y en soledad?".
Lo que busco es compañía y que ese alguien sepa entender que yo puedo amar de más, pero no por eso asfixiar. Que es posible la distancia sin perder la fidelidad. Y cumplir los sueños de los dos, y estar lejos... lo suficiente para extrañarnos. Ese alguien no fue él, aunque yo sé... piensa en mí.
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