24 de agosto de 2008

Sera

SERÁ

Su vida seguirá su curso sin mí. El aire le va a alcanzar, podrá sentir el calor del sol y el cielo cubrirá sus noches de paz. No se va a quedar sin impulso, la herida pronto ya no estará, y él se habrá salvado.
Me iré, pero antes lo dejaré en pie. Alcanzará sus metas sin pedir auxilio. Habrá aprendido de mi torpe manera de enfrentar lo que venga. Será él. Se sentirá realizado. Cantará sus glorias hasta que puedan escucharlo del otro lado del mundo… Triunfará.
Cruzará los mares y unirá los continentes. Será amor, y mi nombre casi no estará. Llegará lejos y conquistará lugares desconocidos. Será su propia esencia, será sus propios sueños, amará sus propios huesos…
Seguirá siendo fiel a sí mismo, y de vez en cuando, fiel al qué dirán. Pero sólo para romper la rutina. Su ideal nunca dejará de ser suyo. Salvo cuando lo compartió conmigo… única excepción, según lo que dijo.
Su transcurrir será feliz, igual a como era cuando estábamos juntos. Será mujer, será Dios, o quizás una mano amiga quien lo guíe después de mí. No importa, él no se detendrá.
Esfumará el tiempo que pueda servirle para sufrir. Será el universo el que caerá a sus pies. Sin ninguna orden, se rendirá y él sabrá usarlo a favor de todos. Será siempre el mismo, el mismo que yo conocí.
Irreal, mágico, alucinante y genial. Como lo amé, con humor y una buena cabeza. Cambiará nada, al punto de correr el riesgo de enamorarme en otro punto del camino.

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23 de agosto de 2008

Habremos pasado


HABREMOS PASADO

Sin principio, sin final. Algunas cosas pasan, otras quedan. De esas, pocas sobreviven. Y la elección no es mía ni es tuya, como tampoco fue el coincidir en algún punto. No hay marcha atrás, pero si los años quieren, un día puede no haber marcha adelante. Y no nos va a doler.
Habremos pasado como pasan las estaciones. Lo que fue, ya pasó. Si algo queda, quizás siga en mí y en ti, o tal vez se nos vaya. De nuevo, el resultado no nos va a pedir consenso. Todo va a ser, y me vas a soltar la mano y voy a poder continuar sola. Tú también.
Nos vamos a recordar el uno al otro como un pedazo de magia llenándonos esos tiempos en que no sabíamos qué rumbo elegir. Estaremos lejos, y ninguna lágrima se nos va a escapar. Y así será porque entenderemos que lo compartido tuvo que quedar en el camino… sin final. Lo que hubo tampoco tuvo un comienzo, simplemente fue pasando pero nunca tuvimos claro cuál era la partida. Y lo que no termina no hace sentir tristeza.
Eso nos hará invencibles. Diremos adiós como si supiéramos que no será la última vez. Me mirarás con la seguridad de que voy a estar bien. Te miraré, y no tendré dudas de que podrás estar mejor. Más que una despedida, será dejarnos volar. Después de todo, así tanto lo soñamos…
Volverás a tu casa, y nada habrá cambiado. Esa noche dormirás, y estarás feliz por empezar de nuevo. Yo llegaré a mi puerta, y en el trayecto nada de ti me habrá traído escalofríos.
Habremos pasado… amigos de lo impredecible y aliados de quien nos tenga que decidir el destino… Entregados a lo que se nos diga desde arriba. Sin la menor intención de enfrentar lo imposible. Lo tomaremos como nos llegue.
Habremos pasado y crecido. Nos habremos caído y levantado. Y en ese momento, seremos tan fuertes que el dejarnos atrás no nos dejará ahogándonos en un mar de soledad… Estaremos enteros. Inquebrantables. Sin nada que extrañar, sino con mucho para dar.
Si este amor se nos va, seguiremos adelante, y otro vendrá. Convertiremos el adiós en un momento dulce.
Hasta desear ser desconocidos para en algún momento marcharnos por segunda vez.

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21 de agosto de 2008

Te llevaste el sol


TE LLEVASTE EL SOL

Adónde te llevaste el sol. Qué hicieron contigo mis años de inocencia. Qué fue de esa vida a mitad vivir. Para qué llevas caminos sin comienzo, visiones poco definidas y realidades no del todo comprendidas. Qué hiciste de mi sentido de orientación y con mi manera de amar. Dónde están mis ganas de continuar y el logro de hallarle a todo una salida, y de que las cosas no parecieran demasiado graves…
Qué habrás hecho con cada gota de amor que te di, mis creencias, mis paisajes, mis vivencias, mis ausencias… Qué hiciste con la fuerza que era mía y ahora es tuya, sólo tuya. Cómo es que pudiste llevarte pura infancia y apenas un puñado de madurez… En dónde guardas la luz que había en mis ojos en el primer instante en común. Y el brillo, la ilusión, la plena predisposición a estar dispuesta para ti.
Qué fue de lo que fui, qué soy ahora en ti… Hoy en mí soy mujer caminando sin saber hacia dónde ir, soy perdida en la nada, soy hada fuera de un cuento; pero a pesar de todo sigo postulándome para ser princesa de tu reino. Tú, aire en cada rincón, flor trayendo primavera, calor que falta pero se ansía, y compañía que noche a noche se sueña…
Qué fue de lo que fui… Qué distinta soy ahora de lo que era y ya no volveré a ser. Qué fue del amor después de haberte amado tanto. Qué fue del color el día en que dijiste adiós… Adónde te llevaste la facilidad de querer, creer destino y dejar atrás, y todo ese arte de encontrar con quien compartir…
Qué hiciste de lo que fui, qué haces con lo que soy… Qué dices si te propongo llegar a ser lo que al lado de otro, jamás podría haber sido…
Porque siempre va a haber manera de que me encuentres, te aseguro, lo que sabes ya te alcanza para saber en dónde estoy… Y habrás descubierto que los años lejos de ti me volvieron inmune al dolor, y sin dudas, en ese entonces con muy poco de lo que fui para mostrarte…
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Eres


ERES


Eres silencio y canción.
Eres herida y motor.
Eres lágrima y risa.
Eres causa perdida y porvenir.
Eres humano y casi un ángel.
Eres defecto y perfección.
Eres imaginario y tan real.
Eres invierno y a tu lado no hace frío.
Eres lo que eres.
Eres lo que puedes.
Eres y me tienes.
Eres y te quiero.

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12 de agosto de 2008

Girare en tu inconsciente


GIRARÉ EN TU INCONSCIENTE


Si es que hubo una vez en la historia
en que Dios nos dio la mano
y por sorpresa, ahí estuvimos
sin saber qué hacer, pero presentes.
Y hablabas como si fueras sabio,
y yo atenta, niña sorprendida de tu ser
un instante más tarde enamorada por fin
y en vano el intento de mostrarme como ayer.
Quise enseñarte mi costado más perfecto
pero eras Dios llenándome la soledad.
Di todo por ser guía en tu camino,
dibujante del destino, un esbozo en tus recuerdos,
aún un solo pensamiento, poco amor si es lo que puedes.
Y para ti fue más importante razonar.
Pero sé que mis batallas seguirán en tu silencio
aunque el mundo se nos caiga,
o hasta si tocas el cielo
mi amor triunfará y allí estaré.
Sé que mi voz girará en tu inconsciente,
mientras duermas, mientras pienses,
cuando hables, cuando intentes
dirigir tus pies al frente.
Si aquí sobrevivo a tu alma fría, indiferente
a cada día más ausencia,
más distancia y menos suerte
es que quiero convencerte de que puedo ser más fuerte.
Y aunque sea tarde yo diré que siempre hay tiempo
de que entiendas, de que vuelvas
sin disculpas ni argumentos
a ser escudo contra el viento.
Si vivo de anhelos, y en mi mente, tú presente,
es señal de fiel creencia
en tenerte un día al frente
sin reproches, extenderé mis brazos
y mi voz, de verdad, te dirá incansablemente

“Quédate, y ya no sólo en mi inconsciente”.


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