Voy a robar tu concentración para
que me extrañes y busques mi cara, mi voz y mi esencia en tus recuerdos
intactos. Imagíname invisible repetida en cada espacio, caminando por tus
calles como antes, soñando con levantar la vista y que inesperadamente estés
ahí. Deséame ficticia entre tus sábanas hambrientas de los dos, favorita en tu
historia, guerrera incansable en tus guerras.
Despierta con la intención de
guardarte una vez más el secreto de que me sentías contigo y en esas fantasías
interminables tus labios recorrían mi piel sin pausas. Sonríe cómplice de la sorpresiva
pero oportuna casualidad que redibuja todo con absoluto descaro. Apostemos a
que tú eres suerte y yo el destino, contrariando la costumbre por correr a
contramano.
Invítame a bailar ahora que no
logras pensar. Incendia mi mundo y que todo vuele en mil direcciones diferentes,
quédate transparente detrás de las líneas de mis poesías convertido en el
guardián de esta mujer sin dueño. Bailemos simple, desprejuiciados, al filo del
ridículo como lo hacen los amores desencontrados que descubren cuan fácil es dar
punto final a la soledad.
Solo aún falta que te atrevas a
amarme sin quedarte nada dentro, y vuelvas casi llegando tarde pero sin embargo
a tiempo.