PUNTO Y APARTE
Día a día aprendiendo a ser.
Sigo convencida de que los honores y ceremonias de humanos a humanos son bastante incomprensibles. Me quedo con los honores de Dios, la justicia de Dios, el amor de Dios, el único y verdadero abrazo que después de todo siempre entrega.
Lo que realmente amo de los finales es que son la oportunidad perfecta para volver a empezar. Es como sentarse a escribir un relato y anotar un punto y aparte para cambiar los hechos, aunque no el espíritu de la generalidad. Entonces es cuando el proyecto se convierte en una parte específica, pequeña y singular de todo un mundo y una historia por construir.
Como dice una canción, algunas cosas pudieron ser -y no fueron- y otras marcharon sobre ruedas. Punto y aparte, vuelvo a empezar. Punto y final, vuelvo a soñar.
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