21 de septiembre de 2015

Backstage

Hablaremos entre risas, como adolescentes, haciendo de cuenta que nadie está lo suficientemente cerca como para restarnos privacidad. Mientras viene la cena, preguntarás que fue de mí después de ti, y me contarás tus andares y las historias que te revolucionaron de la cabeza a los pies.
Sabes que crecimos en libertad, convencidos de haber aprovechado al máximo el encanto de la juventud. Seguros de habernos querido bien, como quieren los que no se guardan nada. Entregados a sea lo que sea, contra vientos y mareas, lejos de las inseguridades típicas y eternamente comprometidos a conservar en el corazón lo mejor y más sublime de cada uno.
Los años de oro volverán a estar presentes en el espíritu y contenido de las frases intercambiadas. La luna nos dará en la cara y pintará de colores el reencuentro, místico,  indispensable, y de alguna manera inevitable. Sonará tu música, y con los acordes revivirán las anécdotas que nunca podremos borrar.
Al decir “hasta pronto”,  nadie implorará el regreso, pero sí próxima comida.
Así es la lógica de la evolución. Ese es el código entre tú y yo. 

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