La inspiración siempre está alrededor, mezclada en el aire y confundida entre lo cotidiano y simple. Es fácil rendirse y cansarse de buscar, y salir a preguntarle a cualquiera quién quiere tomar tu lugar.
Pero el arte nunca duerme, y es la fe en los milagros eso que hace girar al mundo. Inspirarse implica despegar del suelo, olvidar que hay freno y volar hasta tocar el cielo. Significa entender para qué es la lucha, cada respiro, cada paso. Inspirarse es soñar despierto, traer algo a la memoria y sonreír. También es extrañar, querer volver atrás y hacer las cosas distinto... o exactamente igual. Todo aquello que inspira ha sido importante, arrasador, invencible.
Cuando el motor interior es fuerte, la vida es algo así como una buena fiesta, todos quieren quedarse hasta el final. La inspiración es fuerza, esplendor infinito, la semilla para una poesía o una maravillosa canción. Es el poder en su mejor expresión, y despierta en las personas eso que llamamos talento. El talento es innato, la inspiración se adquiere.
Vale la pena buscar hasta encontrar, y amar sin límites, sin miedo, sin razón. La inspiración causa emoción y la sensación de estar sin salida... en el medio del furor. Es pasión profunda, es impulso creativo y alas para las ideas.
Ideas que tienen que ver contigo, que viajan a través del tiempo y sobreviven.
Ideas que respiran sin oxígeno.
Porque te aman. Sólo por eso. Mis ideas te aman.
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