EL INSTANTE
Sí pudiste ser mi Dios.
Él, y nadie más que él
puede conservar tanta belleza
mientras el tiempo sigue adelante.
Él, el único es él
que me devuelve a la memoria
esa juventud que se nos fue.
Aquel día lo miraba y me reía de los dos
que nos reíamos sin motivo
o por cualquier excusa tonta.
Por ese instante fuimos los de antes:
él bromeaba, yo festejaba el chiste...
que por supuesto, no tenía gracia,
pero en su boca era un encanto.
Por un instante no entendimos nada,
como siempre.
... es que si nos quisimos tanto,
fue por insólita ocurrencia.
Es que si lo he amado tanto,
fue por inexplicable demencia.
Y qué bien que nos salió.
Con locura nos bastó.
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