Él

ÉL

Sabe cualquier cosa, prácticamente todo. Siempre tiene las respuestas a mi dilema existencial. Me confunde, pone en cuestión hasta mi suelos más firmes. Podría cambiarme las ideas, si lo quisiera. Si algún día se lo propusiera, lo lograría. Lo extraño es que puede iluminar mis días grises, o convertir en importantes esos momentos intrascendentes. Lo que dice es proverbio, lo que piensa es religión. Lo que hace es ejemplo, lo que pisa es bendición. Casi un Dios, pero humano. Destinado a salvarme, o a darme vida otra vez.

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