28 de julio de 2008

En su regazo

EN SU REGAZO

No lo buscó, pero él llegó.
Cada noche estaba ahí. La observaba con dulzura mientras ella se desvestía. Y se ocupaba de no dejar escapar ningún detalle. Música, luz tenue, sábanas de seda y alguna nueva fantasía. Siempre encontraba el modo de que ella lo sintiera cada vez más indispensable. Y causaba efecto. Era suya, sólo de él. La mantenía deseosa de que apareciera la luna. Eso anunciaba el inicio de dos desvelos por amarse más.
Ella se desvestía, y él se acercaba por detrás. Rodeada en sus brazos, ya no había salida. Sus cuerpos desnudos se hacían una sola piel…
Hasta que amanecía y las pasiones se guardaban a la espera de una próxima vez.
En su regazo, él dormía convencido de que ella era la luz, verdad, ternura y completa perfección.

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